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Mi hijo tiene mocos, ¿Y ahora qué?: Como manejar los mocos en niños.

Foto del escritor: Lorimar OrtizLorimar Ortiz
Niña con congestión nasal soplandose la nariz


Los mocos son una preocupación común para los padres, especialmente cuando parece que no desaparecen. Si te encuentras preguntándote qué hacer cuando tu hijo está congestionado, este blog te guiará con información clara, práctica y fácil de recordar. Aprende a manejar los mocos en tus niños con seguridad.




¿Qué causa los mocos en los niños?

Los mocos son parte de la forma en que el cuerpo se protege de infecciones y alergias. Algunas causas comunes incluyen:

  1. Resfriados comunes: Los niños pueden resfriarse entre 6 y 8 veces al año, especialmente si están en contacto con otros niños. El moco es una respuesta normal del cuerpo para atrapar y eliminar virus.

  2. Alergias: Si tu hijo tiene mocos claros y persistentes, acompañados de estornudos o picazón en los ojos, podría ser un signo de alergia estacional o ambiental.

  3. Dentición: Durante la dentición, algunos niños producen más moco debido al aumento de la circulación sanguínea en las encías, aunque este suele ser más leve.

  4. Infecciones sinusales: Si los mocos son espesos, verdes o amarillos y están acompañados de fiebre o malestar general por más de 10 días, podría tratarse de una sinusitis.

  5. Cuerpos extraños: Los niños pequeños pueden introducir objetos en la nariz sin que lo notes. Esto puede causar mocos persistentes en una sola fosa nasal y, a veces, un mal olor.


¿Cómo manejar los síntomas de los mocos?

Aunque los mocos suelen ser molestos, hay muchas formas seguras y efectivas de ayudar a tu hijo a sentirse mejor:

  1. Hidrátalo bien: Asegúrate de que tu hijo tome suficiente agua, leche materna o fórmula para mantener las secreciones nasales más fluidas y fáciles de eliminar.

  2. Usa un aspirador nasal o perita: Para los bebés y niños pequeños, utiliza un aspirador nasal junto con solución salina para limpiar sus fosas nasales.

  3. Humidificador: Un humidificador de vapor frío en la habitación puede aliviar la congestión y mantener las vías respiratorias húmedas.

  4. Baño caliente: Un baño tibio puede ayudar a aflojar el moco y aliviar la congestión nasal.

  5. Evita irritantes: Mantén a tu hijo alejado del humo del tabaco, aerosoles fuertes y otros irritantes.

  6. Eleva la cabecera al dormir: Coloca una toalla doblada debajo del colchón para elevar ligeramente la cabecera de la cuna o cama y facilitar la respiración.


¿Cuándo debería preocuparme?

La mayoría de las veces, los mocos no son una emergencia, pero hay signos de alerta a los que debes prestar atención:

  1. Fiebre alta y persistente: Si tu hijo tiene fiebre de más de 102F persistentemente, especialmente por más de tres a 5 días.

  2. Dificultad para respirar: Si notas que respira rápido, se hunde la piel entre sus costillas al respirar o sus labios se ven azulados, busca atención médica de inmediato.

  3. Falta de apetito o letargo extremo: Si tu hijo no quiere comer, beber o está demasiado somnoliento, consulta a un pediatra.

  4. Duración prolongada: Si los mocos persisten por más de dos semanas sin mejoría.


Conclusión

Los mocos son una parte normal de la infancia y, en la mayoría de los casos, no son motivo de preocupación. Con las estrategias mencionadas, puedes ayudar a tu hijo a sentirse mejor mientras su cuerpo se recupera. Siempre recuerda estar atento a los signos de alerta y, si tienes dudas, consulta con nuestros servicios para cuidar la salud de tu hijo.


Referencias adicionales:

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