Vacunas y Desinformación: protege a tu familia de los mitos más comunes
- Blooming Families Team

- 2 oct
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 29 oct

Vacunas y sobreinformación: ¿cómo saber en qué confiar?
Vivimos en una era de sobreinformación: desde redes sociales hasta artículos científicos, pasando por audios de WhatsApp, todo el mundo parece tener una opinión fuerte sobre las vacunas. Algunas personas desconfían de la medicina, otras lo hacen de las farmacéuticas, y muchas simplemente no saben a quién creerle.
Si tú también te has sentido abrumada, no estás sola. Criar en medio de esta confusión no es fácil, y por eso queremos ayudarte a mirar el tema de las vacunas desde la ciencia, la ética, y con total empatía.
¿Las vacunas se prueban bien?
Sí. Y no solo se prueban bien: se prueban éticamente, cuidadosamente y de forma progresiva.
Cuando se desarrolla una vacuna nueva, el proceso comienza con ensayos controlados con placebo, donde los investigadores comparan la vacuna con una sustancia inactiva como solución salina. Esto se hace solo cuando no existe aún una vacuna efectiva para esa enfermedad.
Pero una vez se demuestra que una vacuna funciona y protege a las personas, ya no es ético seguir usando placebo en nuevos estudios.
¿Por qué?
Porque sería como diseñar un nuevo paracaídas y probarlo saltando sin nada para “ver si funciona mejor”. La medicina, como la ingeniería, no vuelve al punto cero. Si ya existe una solución segura, se usa como referencia para las siguientes. Así funcionan las vacunas, los autos, los aviones, y los teléfonos celulares. No se comparan con “nada”, sino con lo mejor que ya tenemos.
Ejemplo de diseño iterativo: cómo avanzamos en ciencia
Cuando una nueva vacuna sale al mercado, se pregunta:
¿Protege mejor que la anterior?
¿Causa menos efectos secundarios?
¿Es más efectiva frente a nuevas variantes?
¿Se puede almacenar o distribuir mejor?
Este tipo de ensayo se llama de comparador activo. Ya no se busca si es “mejor que nada”, sino si es mejor que lo mejor.
¿Por qué no esperar más tiempo para “ver si hay efectos tardíos”?
Esta duda es común y muy entendible. La evidencia histórica muestra que los efectos adversos graves aparecen dentro de las primeras 6–8 semanas:
📌 Ejemplos:
Polio oral → parálisis (1 en 2.4 millones) → detectado en <4 semanas
MMR (sarampión, paperas, rubéola) → plaquetas bajas → 6–8 semanas
Fiebre amarilla → complicaciones neurológicas → 2–3 semanas
Anafilaxia → en minutos (por eso se observa tras la vacunación)
Extender los estudios más allá de este periodo no aporta mucho. Por eso los ensayos iniciales se complementan con vigilancia continua en millones de personas.
¿Las vacunas causan autismo?
❌ No.
Las vacunas no causan autismo.
Esto no es una opinión. Es el resultado de docenas de estudios serios, con más de medio millón de niños y niñas, en múltiples países, con diferentes métodos y controles. Todos han llegado a la misma conclusión: no existe vínculo causal.
Pedir “más estudios” en este punto no es ciencia, es una estrategia para mantener viva la duda.Otros mitos frecuentes
“Las vacunas sobrecargan el sistema inmunitario”
❌ No. Los niños enfrentan miles de antígenos al día. Las vacunas refuerzan el sistema, no lo debilitan.
El sistema inmunitario no se sobrecarga con el calendario de vacunación recomendado. Los niños se exponen a miles de antígenos a diario, y la cantidad de antígenos en las vacunas ha disminuido con el tiempo gracias a los avances en el diseño de vacunas. De hecho, las vacunas fortalecen el sistema inmunitario al brindar protección contra enfermedades graves.“Los ingredientes son peligrosos”
❌ No. Los adyuvantes y conservantes están en dosis seguras.
Las cantidades de adyuvantes y conservantes en las vacunas están muy por debajo de los umbrales de toxicidad y son comparables o inferiores a las exposiciones ambientales. El timerosal se ha eliminado de la mayoría de las vacunas, y la forma de mercurio que contiene (etilmercurio) no se asocia con neurotoxicidad.“Es mejor la inmunidad natural”
❌ No. La infección natural implica riesgos graves. La inmunidad por vacuna es segura y eficaz.
“Se pueden retrasar o espaciar”
❌ No. Retrasar aumenta la vulnerabilidad a enfermedades prevenibles en la infancia.
Esto aumenta el riesgo de enfermedades prevenibles, especialmente en la infancia, cuando la vulnerabilidad es mayor. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda seguir el calendario de vacunación establecido."¿Causan las vacunas las enfermedades que pretenden prevenir?"
❌ No. Con la excepción de las raras complicaciones de las vacunas vivas atenuadas en personas inmunodeprimidas, las vacunas no causan las enfermedades contra las que protegen.
¿Por qué aún hay personas que desconfían?
Porque algunos influencers han aprendido a explotar la incertidumbre. Lo hacen con un ciclo de desinformación diseñado para sembrar desconfianza:
Minimiza la enfermedad: “Ya no hay sarampión.”
Introduce un distractor: “La vitamina A lo previene.”
Cuestiona ingredientes: “¿Sabes lo que contienen?”
Desacredita los estudios: “No usaron placebo real.”
Invoca alarma moral: “Contienen células de fetos abortados.”
Exige lo imposible: “Queremos vacunas 100% seguras sin efectos secundarios.”
Ignora la evidencia: “Faltan más estudios sobre autismo.”
Mueve la meta: “Ahora queremos tratamientos en vez de prevención.”
Este ciclo se repite sin pausa. No busca aclarar. Busca sembrar desconfianza permanente.
Frases virales que suenan bien, pero confunden
“Rechazar las vacunas es un lujo en una sociedad inmunizada.”
✅ Sí, cuando hay alta cobertura, el riesgo individual baja. ❗ Pero también es una frase que puede manipular, al sugerir culpa.
“Lo natural es mejor.”
❗Natural no es sinónimo de seguro. El sarampión es natural. Las vacunas son ciencia basada en cómo funciona tu sistema inmunológico, no en químicos sin sentido.
“No sabemos qué contienen las vacunas.”
❌ Falso. Los ingredientes están documentados públicamente y regulados por agencias de salud a nivel mundial.
“Faltan estudios.”
❌ Cuando se han hecho 20 o más estudios con el mismo resultado, pedir “uno más” ya no es búsqueda honesta de conocimiento, sino estrategia de duda eterna.
Influencers y el bienestar: ¿tienen conflicto de interés?
Sí, muchos lo tienen.
Una investigación reciente mostró que algunas influencers que difunden desinformación antivacunas ganan dinero vendiendo productos “naturales”, cursos o suplementos. Usan un lenguaje cercano y emocional (“yo solo quiero lo mejor para mis hijos”) para generar conexión, y luego insertan ideas peligrosas disfrazadas de bienestar.
Este contenido no se presenta como agresivo ni político. Es estético, suave… pero profundamente engañoso.
Entonces, ¿cómo tomar decisiones responsables ante las vacunas y la desinformación?
Infórmate con fuentes médicas confiables. AAFP, AAP, Blooming Families.
Haz preguntas sin miedo. Ser curiosa no te hace “difícil”, te hace responsable.
Busca el consenso, no la excepción. Un video viral no es equivalente a 500,000 casos en estudios.
Recuerda: ningún medicamento es 100% libre de riesgo. Pero las vacunas reducen tu riesgo total.
La ciencia no es perfecta, pero es el mejor camino que tenemos para proteger a nuestros bebés.
📣 🚨 Al pie de esta nota encontrarás fuentes en las que puedes confiar para más información.En resumen
✅ Las vacunas sí se prueban bien, y se comparan con los mejores estándares.
✅ La mayoría de efectos graves aparecen en las primeras semanas.
✅ No existe relación entre vacunas y autismo.
✅ La desinformación se disfraza de “bienestar” para manipular.
✅ Puedes hacer preguntas y tomar decisiones informadas con acompañamiento.
En Blooming Families, estamos aquí para ayudarte a tomar decisiones con confianza y compasión. Si tienes dudas, agenda con nosotras. Podemos hablar, sin juicios.




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